En un mundo donde la moda rápida inunda los escaparates, ZALPA se alza como una voz pausada, natural y profundamente íntima. Fundado por dos hermanas michoacanas —Tzitziki y Doni—, este proyecto textil nace de la curiosidad y se transforma en una forma de vida: teñido natural, procesos lentos, conciencia ambiental y una conexión constante con el territorio.
Más que una marca, ZALPA es un laboratorio vivo donde cada prenda habla del entorno, de la tierra, del tiempo y de la memoria.


Un apellido, una herencia
El nombre “Zalpa” no es casual: es el apellido familiar. Una forma de honrar el espíritu emprendedor de su abuelo, Anselmo Zalpa, quien alguna vez tuvo su propia marca de guitarras hechas en Paracho, Michoacán. Hoy, sus nietas retoman esa energía y la transforman en una propuesta textil única, enfocada en el eco-print y el bundle dye, dos técnicas que permiten imprimir la naturaleza —literalmente— sobre las telas.


Aprender con las manos, aprender del error
ZALPA no nació en un taller, sino desde la intuición y la prueba. Tzitziki comenzó sus primeros pasos en el teñido natural en una escuela de artes textiles en Brooklyn, mientras vivía en Estados Unidos. Al volver a México, ambas hermanas se instalaron en Aguascalientes, donde empezaron a experimentar con pigmentos naturales, entre errores, sorpresas y mucho aprendizaje.
Más adelante, Doni viajó a Uruguay, donde se adentró en el mundo del eco-print de la mano de una maestra textil. Esa técnica —que captura hojas, flores y raíces directamente sobre el textil— se convirtió en el eje del proyecto.
“Nos emocionaba poder ofrecer algo diferente y aprender que nunca se deja de aprender. Siempre se descubre algo nuevo.”


ZALPA: estética y ética: una misma tela
En ZALPA, forma y fondo van de la mano. Cada decisión estética está atravesada por la conciencia ambiental: las siluetas amplias y sencillas permiten que el valor recaiga en la tela misma y su historia. El proceso es artesanal y, por eso, impredecible: el color depende de la temporada, del tipo de planta, del ánimo del día.
“No sabes nunca el resultado. Eso lo hace emocionante. Cada pieza es única y eso le agrega más valor.”
Para estas hermanas, la belleza no está en lo perfecto, sino en lo irrepetible. De ahí que cada prenda tenga alma propia.


Hacer más con menos
La filosofía de ZALPA se refleja también en la producción. Aprovechan cada centímetro de tela teñida, dando vida a prendas como blusas patchwork o pantalones con retazos. Las herramientas que utilizan son reutilizables: plásticos, cordones, mangueras, agua que se rehúsa hasta evaporarse. Incluso las flores se recolectan con cuidado, evitando dañarlas.
Todo se hace en diálogo con el entorno, especialmente en su actual etapa de producción en Pátzcuaro, Michoacán, donde el clima y la abundancia vegetal les ofrecen una paleta natural inigualable.


ZALPA | Crear comunidad, no solo ropa
ZALPA también entiende que crear es colaborar. Han trabajado con fotógrafos, diseñadores y marcas textiles. Una de sus colaboraciones más recientes fue con Candor, una firma que trabaja con telar de pedal. En conjunto, produjeron diez ponchos únicos: algodón peinado de Puebla, tejido por artesanos en Michoacán e intervenido por ZALPA con pigmentos recolectados localmente.
“Nos encanta colaborar. Nos exponemos a otras perspectivas y aprendemos mutuamente.”


Más que moda, un cambio de conciencia
ZALPA.MX no busca solo vestir: quiere invitar a una reflexión más profunda. Sus piezas hablan de ritmo lento, respeto por el entorno y aprecio por lo artesanal. En cada prenda hay tiempo, manos, errores, belleza y vida.
“Nos motiva saber que alguien valora el proceso detrás. Que apoyen la moda consciente ya es un gran paso.”
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📍 Actualmente trabajando entre Aguascalientes y Pátzcuaro, Michoacán
📲 Instagram: @zalpa.mx
🌿 Producción ética, local y con tintes naturales
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