Una Ofelia contemporánea transformó el Centro Cultural del Bosque
Del 23 al 25 de septiembre de 2025, el Laboratorio de Creación Artística del Jardín y Pabellón Escénico Chapultepec, en el Centro Cultural del Bosque, fue sede de Ó: Instrucciones para salir del agua, un unipersonal de danza-teatro que reimaginó el mito de Ofelia desde una mirada feminista, crítica y visceral.
Interpretada por María Fernanda Baez y codirigida junto con Cinthya Oyervides, la pieza reflexionó sobre cómo el cuerpo femenino se convierte en un campo de tensión entre deseo, violencia y resistencia.

Ó danza teatro: una Ofelia desde el cuerpo
Más que una adaptación narrativa, la obra encarnó a Ofelia a través del movimiento. La escena se transformó en un espejo fragmentado donde convivieron la vulnerabilidad, la resistencia, la seducción y la incomodidad.
Un único elemento escenográfico —una bolsa plástica circular de tres metros— funcionó como vestido, superficie líquida y contenedor fúnebre. Este dispositivo, diseñado por Oyervides, detonó una coreografía cargada de símbolos y preguntas abiertas.
La música original, creada por María José Baez y Macarena Palazuelos, entrelazó ritmos urbanos, bases electrónicas y melodías infantiles, construyendo una atmósfera inquietante y seductora.

Arte y reflexión con el público
Después de cada función, se llevó a cabo un diálogo con la audiencia, profundizando en los temas de la obra:
- El mito de Ofelia y su resignificación contemporánea.
- Lenguaje corporal y potencia escénica del minimalismo.
- Violencia estructural y la relevancia del arte en contextos sociales urgentes.
Estos encuentros se convirtieron en resonancias colectivas que extendieron lo escénico hacia lo vivencial.

Ó danza teatro: un espejo crítico y necesario
La propuesta de Luz y sombra Danza Teatro fue reconocida por su fuerza simbólica y claridad estética. Seleccionada por el programa Saberes Danzados del INBAL, la obra regresó con funciones abiertas al público para provocar, incomodar y cuestionar.“Ó: Instrucciones para salir del agua” no ofreció respuestas, sino un espejo roto donde cada espectador se enfrentó a sus propias interpretaciones. Una experiencia estética y crítica que, como compartieron sus creadoras, “no fue una obra sobre Ofelia, sino desde Ofelia”.