En pleno 2025, hablar de diseño sin hablar del planeta es como decorar una casa en llamas. El diseño ya no puede quedarse en lo bonito, lo funcional o lo trendy. Hoy, tiene que ser transformador. Eso es justo lo que plantea el informe “Materiales en demanda y sostenibilidad: ¿qué está pasando?”, una radiografía lúcida del nuevo paradigma del diseño interior y arquitectónico: el diseño circular, que propone pasar del consumo lineal al ciclo continuo.


Diseño circular: de la sostenibilidad a la responsabilidad real
La premisa es clara: diseñar mejor no significa empezar de cero, sino optimizar lo que ya existe para generar valor ambiental, social y estético. Así lo plantea Pepa Casado, investigadora y cofundadora de future-A, quien subraya que el diseño no puede seguir siendo neutral frente a la crisis climática.
Entre los protagonistas de esta transformación están materiales como los plásticos PET reciclados, usados en tapicería y suelos, y los biopolímeros derivados del maíz, la yuca, el agave o la caña de azúcar, que ya se están usando en impresión 3D, mobiliario y acabados interiores. También se suman innovaciones como el MDF sin formaldehídos y pigmentos de origen acuoso, que ofrecen alternativas más sanas para el cuerpo y el entorno.
¿La clave? Apostar por materiales que cuenten historias, no que las escondan. Superficies imperfectas, texturas naturales, tonos que vienen de la tierra. Belleza honesta.

México: diseño circular desde lo local
En nuestro país, el diseño circular ya dejó de ser teoría para volverse práctica. Proyectos como Comunidad Vivex, que fusiona técnicas de autoconstrucción con reciclaje y saberes tradicionales, o las propuestas de Colectivo Diseño Mexicano, que incorporan fibras naturales y textiles recuperados, muestran que se puede hacer diseño con propósito sin sacrificar lo estético.
Frente a cifras alarmantes como los 44 millones de toneladas de residuos que generamos al año —de los cuales solo se recicla eficientemente un 10%—, iniciativas mexicanas están demostrando que el diseño puede ser una herramienta de cambio real. Un puente entre lo que somos y lo que podríamos ser.

Del edificio al ecosistema: arquitectura regenerativa
La conversación ya no se trata solo de “no contaminar”, sino de regenerar. Iniciativas como La Comunitat Habitacional o Mo de Movimiento proponen espacios que devuelven más de lo que consumen: edificios que captan agua, reutilizan materiales, reducen su huella y priorizan el bienestar común. Diseñar se vuelve un acto político y poético a la vez.
Este enfoque resuena con una visión emergente en América Latina: la de un diseño que educa, sana y transforma, más allá de la estética.
No basta con parecer sostenible, hay que serlo
En una era donde el greenwashing huele a plástico barato, los datos globales son contundentes:
- 85% de las personas sienten los efectos del cambio climático día a día.
- 52% conectan emocionalmente con marcas sostenibles.
- 30% permanecen fieles a marcas que se alinean con sus valores.
La sostenibilidad ya no es opcional, ni para el planeta ni para el mercado. El diseño que viene (y que ya está aquí) es circular, regenerativo y emocionalmente coherente.
Porque al final, lo que diseñamos no solo da forma a espacios… también moldea futuros.
IG: @pepacasadodamato