En el casco histórico de San Pedro Garza, dentro de la zona metropolitana de Monterrey, se levanta Casa Ederlezi, una vivienda que reinterpreta la arquitectura tradicional del norte de México a través de un lenguaje contemporáneo. El proyecto no solo responde a las restricciones del contexto patrimonial, también propone una nueva manera de habitar los terrenos angostos y profundos característicos de esta área.


Casa Ederlezi | Una casa que celebra la vida y la memoria
El nombre Ederlezi remite a la festividad balcánica y turca que celebra la llegada de la primavera: un momento de música, flores y movimiento que rompe con la quietud del invierno. Esta esencia se refleja en la casa a través de contrastes: los tonos rojizos de muros y patios dialogan con el verde de la vegetación, el tezontle y los juegos de luz que atraviesan los canceles. La atmósfera evoca tanto paisajes desérticos como memorias mediterráneas, recordando conversaciones entre arquitectos y clientes durante el proceso creativo.


Arquitectura entre lo clásico y lo contemporáneo
Casa Ederlezi se desplanta en un terreno de solo 5 metros de ancho por 20 de fondo, una condición que define su organización espacial. Una columna vertebral concentra circulaciones y servicios, mientras que un patio central divide la casa en dos volúmenes:
- Frente a la calle: el zaguán de entrada, la cochera, un cuarto de huéspedes de doble altura con tapanco y una terraza en la azotea.
- Hacia el fondo: sala, comedor, cocina, un patio azul que marca el límite del terreno y la recámara principal conectada a una terraza ajardinada.

Aunque la planta responde a una secuencia lógica de cuadrados, la sección es más dinámica: plataformas, escalones, cancelerías que se traslapan y grecas que culminan en un zigurat rojo, pieza clave que resuelve la fachada y dialoga con las regulaciones de conservación patrimonial.


Casa Ederlezi | Una vida entre el horizonte y la intimidad
La experiencia de habitar esta casa se despliega en dos ritmos: en la cima, una terraza con vistas de 360° a cerros y sierras conecta directamente con el horizonte; hacia el interior, los patios rojizos y ajardinados invitan a una vida más calmada e íntima, un refugio que se desconecta de la ciudad sin salir de ella.En un contexto donde las ciudades crecen y los terrenos se fragmentan, Casa Ederlezi plantea una reflexión sobre la vivienda en zonas patrimoniales: fluida y abierta, pero también privada y resguardada. Una arquitectura que se talla y se excava, como si dialogara directamente con la montaña, para ofrecer experiencias diversas en cada recorrido.