Daniela Bucio Sistos es una joven arquitecta Mexicana que logra crear espacios con identidad y pertenencia.
Gracias a su sensibilidad ante la comunidad y hacía el entorno, sus obras satisfacen las necesidades del usuario mientras lo permiten desarrollarse de manera orgánica. Generando proyectos visualmente atractivos, frescos y dinámicos, permaneciendo siempre respetuosa ante sus raíces mexicanas.
Daniela conjuga la reflexión y la materialidad dentro de paredes que cobran vida gracias al uso adecuado de recursos naturales, luz y vegetación; en donde cada espacio se convierte en una experiencia que envuelve todos los sentidos.
Explorando la Arquitectura a Través de una Perspectiva Femenina
En esta entrevista, nos platica un poco sobre su visión sobre la arquitectura, como aborda un proyecto y como ha sido su experiencia como mujer dentro de su campo de trabajo.
¿Para ti qué es la arquitectura?
Para mí la arquitectura es la habilidad de responder a las necesidades de un entorno a través de espacios o intervenciones. Creo que una buena arquitectura es aquella que es atemporal, aquella que envejece dignamente y acompaña a cada entorno natural en el que se emplaza, clima que la envuelve y sociedad que la habita.
¿Cómo crees que la arquitectura afecta a la comunidad que la vive?
La arquitectura siempre afectará directamente al sitio en el que se emplaza, la arquitectura participa directamente en todas nuestras actividades cotidianas creando ramas de existencia que nos afectan o benefician. Por ejemplo, una ciudad o colonia bien planeada puede reducir el estrés colectivo de quien la habita, implementando espacios públicos, reduciendo recorridos vivienda-trabajo, creando espacios educativos de calidad, etc.
¿Cuál consideras que es el papel de los arquitectos y diseñadores en la construcción de una comunidad equitativa y justa para todos?
Creo que me regreso a mi primer respuesta, como arquitectos y diseñadores primero tenemos que responder a las necesidades del usuario o usuarios. Dialogar con los aspectos del suelo, clima, cultura y sociedad de cualquier sitio que intervengamos. Dejar un poco de lado el individualismo y ésta idea de una arquitectura superficial y meramente ‘decorativa’.
¿Cómo ha sido tu experiencia al ser mujer joven dentro tu profesión?
No es ningún secreto el esfuerzo doble que las mujeres hacemos en cualquier ámbito laboral, sobretodo en los ambientes de trabajo como la arquitectura o construcción, integrados en su gran mayoría por hombres. Nos hemos acostumbrado a acoplarnos a ambientes masculinos; cambiar nuestra vestimenta, nuestra forma de hablar, crear un personaje. En mi caso ha sido un proceso de crear un equipo de trabajo en el cual confío plenamente, se ha creado un vínculo muy estrecho de respeto, tanto en el taller de diseño como en las obras. Espero realmente que llegue el momento en el que las mujeres nos podamos desprender de estos personajes forzados para poder desenvolvernos libremente en nuestros ambientes laborales.
¿Cómo podemos fomentar una cultura con oportunidades equitativas para ambos sexos dentro de nuestra profesión?
Aún nos falta mucho por recorrer. Vivimos en la época de la visibilización y de la lucha por apenas empezar a reconstruir nuestras formas de pensar cómo sociedad. Fomentar una cultura con oportunidades equitativas en cualquier ámbito creo que empieza por crear ambientes educativos conscientes y sensibles tanto en casa como en las escuelas.
Tu arquitectura demuestra una alta sensibilidad ante el usuario y el entorno, ¿Cómo logras conectar con estos dos factores?
Creo que siempre he tenido presente la idea de crear una arquitectura que sea una extensión de su entorno, de los elementos naturales que la acompañan. Para mí es fundamental entender y tener presente que el contacto directo con la naturaleza sensibiliza. Analizar el sitio es muy importante en mi proceso, tomarme un momento para pensar en una paleta de color y material que no le haga ruido visual, emocional ni espacial a la imagen urbana ni al usuario.
Es importante que los espacios sean honestos en su materialidad y a sus raíces, algo que es muy claro tu obra. ¿Llevas algún proceso de investigación previo para llegar a estos resultados?
Siempre he pensado que para construirnos hay que entendernos y conocer nuestra historia, regionalizar el proyecto en donde quiera que esté. En mi caso siempre recurro a los espacios de arquitectura vernácula, a su calidez y calidad espacial. Creo que todo se resume a la sabiduría de los indígenas y su respeto por la materia prima y recursos naturales, a venerar la luz natural y la tierra. Para mí es muy importarte regresar un poco e intentar entender estos procesos ancestrales para replantearme decisiones e intentar reproducirlas en mis proyectos.
La luz natural y vegetación son elementos poderosos para dar vida aun espacio ¿Cómo los empleas dentro de tu proyecto y que otros recursos como estos utilizas.
Siempre veo mis proyectos como una especie de historia o recorrido narrado, los elementos naturales como la luz natural, las sombras generadas por el follaje de un árbol, o el sonido de una fuente, son parte importante de la historia que quiero que viva el usuario. Todos estos elementos crean mis proyectos, creo que al final es lo que recordamos de los espacios; los ambientes, sonidos, sensaciones u olores. Son tan importantes como los muros que soportan las cubiertas.
¿Qué consejo le darías a los arquitectos y diseñadores jóvenes que están iniciando en el mundo del diseño?
El consejo que les daría sería el de implementar la reflexión y análisis en cualquier proyecto. Entender primero la necesidad del sitio o usuario antes de la necesidad que tenemos por crear productos ‘estéticos’, alejarse del oculocentrismo y buscar sensibilizar al usuario.
