Blockchain y arquitectura | Más allá de las criptomonedas

Blockchain no es un concepto nuevo, se creó en 1991 pero no fue utilizado en realidad hasta el 2009, cuando alguien, utilizando el seudónimo de Satoshi Nakamoto, lo empleó para la creación de bitcoin

¿Cuál es la utilidad del blockchain?

Sin embargo, el blockchain no sólo se utiliza para las criptomonedas, su aplicación real es la de dar trazabilidad o rastreo y sus aplicaciones son muchísimas. Recibe el adjetivo de “inhackeable” por su estructura y es bastante sencillo. Su traducción significa “cadena de bloques” y cada eslabón contiene tres elementos:

  1. La información: Esta puede incluir registro de materiales, planes logísticos para el transporte de mercancía, el inventario en un gran almacén para una empresa, registros de pacientes en un hospital o información de transferencias bancarias,  entre muchísimas otras.
  1. El hash: Es el número de identificación del bloque, único e irrepetible.
  1.  Una repetición del hash anterior.

Juntos, la secuencia de los tres elementos son como eslabones en una cadena y lo que lo hace tan seguro es el hash, un número se genera de acuerdo al contenido del bloque. Simplificando: si alguien con intenciones maliciosas intentara cambiar la información en cualquier bloque, el hash cambiaría inmediatamente invalidando la cadena completa, algo similar a una pieza en un rompecabezas que ha cambiado de forma y ya no encaja en el conjunto.

La segunda barrera de seguridad yace en que no existe una única base de datos,  sino que cada usuario cuenta con su propia copia. El blockchain cuenta con muchos usuarios, miles de pares de ojos siempre observantes y cuando un usuario altera “su” copia en la base de datos, el resto de los usuarios se percatan en tiempo real, por lo que la copia alterada es descartada al instante. Es entonces evidente que gran parte de la seguridad es brindada por los propios usuarios, una comunidad de personas comunes sin jerarquía ni rango.

Blockchain en arquitectura

Con el paso del tiempo se han buscado formas de integrar la tecnología del blockchain a la arquitectura y la construcción. Los proyectos de edificación son una tarea colectiva entre muchos actores y un enorme volumen de información. Una interfaz segura que pueda crecer a la par de un edificio o seguir el proceso general constructivo es una herramienta extremadamente útil, en especial si tiene el elemento de trazabilidad. Que permite saber el momento exacto en el que se registró la información y la facilidad de distribución entre múltiples usuarios.

Si se expande su uso, con blockchain las fases de diseño y construcción tendrán datos más fiables, registros de cantidad de materiales y actividades realizadas. Eso sin mencionar que una vez que la obra se ha terminado y ya solo queda la fase de mantenimiento. El registro seguro de datos puede ser indispensable a la hora de encontrarnos con problemas que pueden tener la raíz en alguna etapa temprana dentro del desarrollo de la obra.

Smart Contracts, ¿Qué son?

Vayamos al siguiente nivel: los Smart Contracts son un conjunto de contratos computarizados. En los que cualquier actor involucrado en la obra (promotor, propietario, consultor, etcétera) puede hacer aportaciones de forma transparente, segura y democrática. Los DAO (Organizaciones Autónomas Descentralizadas) incorporan procesos, políticas y procedimientos de organizaciones. Que podrían ser procesos automáticos que verifiquen el cumplimiento normativo o requerimiento de un proyecto.

Blockchain es, entonces, una base de datos estructurada e impenetrable que tiene el fin de eliminar la corrupción. Así como el robo de información e incrementar la transparencia en todas las transacciones y sistemas por venir. El lógico próximo paso en el avance de la tecnología y el manejo de información. Es el futuro cercano, en otras palabras, ¡y vaya que es un futuro brillante!